Tras un año de experiencia, las distintas instituciones que colaboran en el desarrollo del programa de prevención y erradicación del absentismo escolar en los centros escolares de Teruel hicieron ayer un balance muy positivo en la presentación de la segunda edición. Y es que en los 45 casos detectados el curso pasado, se ha reducido considerablemente la ausencia de los alumnos a la actividad lectiva.El Ayuntamiento de Teruel, la comarca Comunidad de Teruel, los Departamentos de Educación, Cultura y Deporte y Servicios Sociales del Gobierno de Aragón y la Fiscalía de Menores son las instituciones que colaboran en este programa que tiene una dotación económica para este año de 18.000 euros, y que se desarrolla a través de la Fundación Azcara.
Cuarenta y cinco casosLa concejala de Educación, Concha Catalán, explicó que en el curso pasado se habían detectado 45 casos de absentismo escolar, 15 en Primaria y 30 en Secundaria, y que gracias al programa el número de faltas a las clases se había reducido considerablemente, de tal manera que habían dejado de considerarse casos de absentismo (que se cifra en ausencias superiores al 25 por ciento del periodo lectivo en Primaria, y el 30 en Secundaria).A través de este programa se da información a los centros escolares de la ciudad que imparten estos grados de enseñanza, tanto públicos como concertados, sobre el procedimiento a seguir en caso de que detecten estos casos. Cuando los técnicos del programa reconocen uno de ellos, se pone en marcha el programa, que incluye reuniones con los padres, con los profesores y tutores, en colaboración con el personal del Instituto Aragonés de Servicios Sociales y de Educación. Un grupo de expertos trata tanto con la familia como con los propios alumnos para informarles, responsabilizarles, motivarles y facilitarles los apoyos necesarios para que mejore la situación. A partir de ahí se hace un seguimiento de cada caso a través de dos comisiones de zona, una para Primaria y otra de Secundaria, y los casos más complicados se tratan en una comisión de coordinación.En algunos casos, señaló Catalán, “ha resultado difícil localizar a los padres, por lo que ha sido necesaria la colaboración de la Policía Local para hacerles llegar las citaciones, porque también hemos identificado situaciones en las que había habido cambios de domicilio porque se habían trasladado de ciudad o incluso de país y no lo habían comunicado”.
En todos los estratosLa concejal aseguró que los casos se dan en todos los estratos sociales, etnias y tipos de familias, pero también las instituciones luchan contra este fenómeno con planes globales de integración para familias con personas en riesgo de exclusión social, según señalaron el director provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, José Luis Pinedo, y la concejala de Servicios Sociales, Flora Cote.“El absentismo es un factor de riesgo porque puede derivar en la marginalidad o incluso en la delincuencia, en definitiva en la exclusión social” aseguró Jesús Villel, director provincial del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, que recordó que absentismo escolar ha habido siempre pero hay que recordar a los padres que “no sólo es un problema escolar sino también legal”.Y es que los padres tienen la obligación de asegurarse de que sus hijos estén escolarizados y también que acudan a las clases y por tanto, penales las diligencias que pudieran abrirse serían contra ellos.Entre los 12 y los 14 años se define la personalidad de los jóvenes y por eso es la edad en la que los expertos encuentran el mayor número de casos de falta de asistencias a las clases, según señaló Villel.
Cuarenta y cinco casosLa concejala de Educación, Concha Catalán, explicó que en el curso pasado se habían detectado 45 casos de absentismo escolar, 15 en Primaria y 30 en Secundaria, y que gracias al programa el número de faltas a las clases se había reducido considerablemente, de tal manera que habían dejado de considerarse casos de absentismo (que se cifra en ausencias superiores al 25 por ciento del periodo lectivo en Primaria, y el 30 en Secundaria).A través de este programa se da información a los centros escolares de la ciudad que imparten estos grados de enseñanza, tanto públicos como concertados, sobre el procedimiento a seguir en caso de que detecten estos casos. Cuando los técnicos del programa reconocen uno de ellos, se pone en marcha el programa, que incluye reuniones con los padres, con los profesores y tutores, en colaboración con el personal del Instituto Aragonés de Servicios Sociales y de Educación. Un grupo de expertos trata tanto con la familia como con los propios alumnos para informarles, responsabilizarles, motivarles y facilitarles los apoyos necesarios para que mejore la situación. A partir de ahí se hace un seguimiento de cada caso a través de dos comisiones de zona, una para Primaria y otra de Secundaria, y los casos más complicados se tratan en una comisión de coordinación.En algunos casos, señaló Catalán, “ha resultado difícil localizar a los padres, por lo que ha sido necesaria la colaboración de la Policía Local para hacerles llegar las citaciones, porque también hemos identificado situaciones en las que había habido cambios de domicilio porque se habían trasladado de ciudad o incluso de país y no lo habían comunicado”.
En todos los estratosLa concejal aseguró que los casos se dan en todos los estratos sociales, etnias y tipos de familias, pero también las instituciones luchan contra este fenómeno con planes globales de integración para familias con personas en riesgo de exclusión social, según señalaron el director provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, José Luis Pinedo, y la concejala de Servicios Sociales, Flora Cote.“El absentismo es un factor de riesgo porque puede derivar en la marginalidad o incluso en la delincuencia, en definitiva en la exclusión social” aseguró Jesús Villel, director provincial del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, que recordó que absentismo escolar ha habido siempre pero hay que recordar a los padres que “no sólo es un problema escolar sino también legal”.Y es que los padres tienen la obligación de asegurarse de que sus hijos estén escolarizados y también que acudan a las clases y por tanto, penales las diligencias que pudieran abrirse serían contra ellos.Entre los 12 y los 14 años se define la personalidad de los jóvenes y por eso es la edad en la que los expertos encuentran el mayor número de casos de falta de asistencias a las clases, según señaló Villel.
Fuente: Diario de Teruel 14-01-2010
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