La asesoría del Departamento de Educación para temas de convivencia atendió el curso pasado 113 casos de personas que solicitaban ayuda para resolver un conflicto escolar. La mayoría de las consultas se registraron en la provincia de Zaragoza y se hicieron para solicitar información de cómo actuar ante problemas surgidos entre alumnos (en el 28% de los casos) o entre estudiantes y profesores (en el 16%).
Esta asesoría ofrece a todos los miembros de la comunidad educativa -familias, alumnos, profesores y personal de los centros- apoyo psicológico y legal y asesoramiento sobre qué acciones se pueden tomar ante situaciones de acoso escolar. La atención es confidencial y se hace en persona, a través de internet o por teléfono, según las preferencias de los afectados.
El balance del curso pasado revela que las madres son las principales usuarias de este servicio y suponen el 32% de todas las consultas. Generalmente, llaman porque les preocupa la situación que vive su hijo -que suele estar en un curso de Primaria- y quieren saber qué pueden hacer. Por contra, las solicitudes de los padres suponen solo un 5,3% del total.
La diferencia por sexos se ve también entre los docentes. Mientras que las profesoras representan un 12.38% de las personas que acuden a la asesoría, sus compañeros hombres solo suman un 7,96%. Los alumnos son el grupo que menos consultas hacen a este servicio: el curso pasado solo representaron el 1,76% del total.
Esta asesoría no resuelve los problemas que se le presentan, sino que ayuda a los afectados a encauzar el conflicto: primero se les escucha y tranquiliza y después se le dice dónde puede acudir (psicólogo, centro de salud, poner una denuncia...). Este servicio se abrió en noviembre de 2008 y a él suelen llegar casos que no han podido resolverse en los centros educativos. "Puede acudir y llamar todo el que quiera asesoramiento sobre convivencia escolar, pero recomendamos que primero se intente solucionar en el propio centro. El colegio o instituto es el organismo más eficaz", comenta la directora general de Política Educativa, Carmen Martínez Urtasun.
Esta apuntó que a los 113 casos que se atendieron el curso pasado, se suman los 29 registrados en lo que va de curso y en los que se nota un incremento de las consultas a través de internet.
No hay casos generalizados
La asesoría se enmarca dentro del pacto por la convivencia que se firmó hace dos años y que desarrolla acciones encaminadas a mejorar el ambiente en los centros escolares. En Aragón, la conflictividad en los centros escolares existe, pero no se puede considerar alarmante ni generalizada. Un extenso análisis sobre el comportamiento social de los estudiantes de educación no universitaria en la Comunidad revela que dos de cada tres alumnos reconocen tener conflictos entre sí, pero tan sólo un 1,9 % manifiesta tener miedo de ir al colegio por ver o estar con un determinado compañero.
Este estudio, que se basa en 1.700 encuestas a escolares y ha sido realizado por un equipo de la Universidad de Zaragoza, señala que las situaciones conflictivas se producen principalmente en las ciudades, en Secundaria y en las unidades con más índice de fracaso escolar, ya que en las aulas se juntan jóvenes de distintas edades. Pese a las creencias populares, el informe -coordinado por el profesor Carlos Gómez Bahillo- apunta que los casos no son más frecuentes en los centros donde estudian más inmigrantes.
Esta asesoría ofrece a todos los miembros de la comunidad educativa -familias, alumnos, profesores y personal de los centros- apoyo psicológico y legal y asesoramiento sobre qué acciones se pueden tomar ante situaciones de acoso escolar. La atención es confidencial y se hace en persona, a través de internet o por teléfono, según las preferencias de los afectados.
El balance del curso pasado revela que las madres son las principales usuarias de este servicio y suponen el 32% de todas las consultas. Generalmente, llaman porque les preocupa la situación que vive su hijo -que suele estar en un curso de Primaria- y quieren saber qué pueden hacer. Por contra, las solicitudes de los padres suponen solo un 5,3% del total.
La diferencia por sexos se ve también entre los docentes. Mientras que las profesoras representan un 12.38% de las personas que acuden a la asesoría, sus compañeros hombres solo suman un 7,96%. Los alumnos son el grupo que menos consultas hacen a este servicio: el curso pasado solo representaron el 1,76% del total.
Esta asesoría no resuelve los problemas que se le presentan, sino que ayuda a los afectados a encauzar el conflicto: primero se les escucha y tranquiliza y después se le dice dónde puede acudir (psicólogo, centro de salud, poner una denuncia...). Este servicio se abrió en noviembre de 2008 y a él suelen llegar casos que no han podido resolverse en los centros educativos. "Puede acudir y llamar todo el que quiera asesoramiento sobre convivencia escolar, pero recomendamos que primero se intente solucionar en el propio centro. El colegio o instituto es el organismo más eficaz", comenta la directora general de Política Educativa, Carmen Martínez Urtasun.
Esta apuntó que a los 113 casos que se atendieron el curso pasado, se suman los 29 registrados en lo que va de curso y en los que se nota un incremento de las consultas a través de internet.
No hay casos generalizados
La asesoría se enmarca dentro del pacto por la convivencia que se firmó hace dos años y que desarrolla acciones encaminadas a mejorar el ambiente en los centros escolares. En Aragón, la conflictividad en los centros escolares existe, pero no se puede considerar alarmante ni generalizada. Un extenso análisis sobre el comportamiento social de los estudiantes de educación no universitaria en la Comunidad revela que dos de cada tres alumnos reconocen tener conflictos entre sí, pero tan sólo un 1,9 % manifiesta tener miedo de ir al colegio por ver o estar con un determinado compañero.
Este estudio, que se basa en 1.700 encuestas a escolares y ha sido realizado por un equipo de la Universidad de Zaragoza, señala que las situaciones conflictivas se producen principalmente en las ciudades, en Secundaria y en las unidades con más índice de fracaso escolar, ya que en las aulas se juntan jóvenes de distintas edades. Pese a las creencias populares, el informe -coordinado por el profesor Carlos Gómez Bahillo- apunta que los casos no son más frecuentes en los centros donde estudian más inmigrantes.
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